El escritor local Raúl Velasco presentará este sábado 18 de abril a las 19 horas su último libro, La mecánica de la Aurora, en el Centre Rubinenc d’Alternatives Culturals (CRAC).
Se trata de un poemario que trata sobre las relaciones de pareja y que reflexiona sobre la tendencia a la monogamia sucesiva y sobre cómo lo acepta la sociedad. El libro también habla de otros temas relevantes y cercanos como la muerte, la soledad, el amor o la amistad.
– ¿De dónde surge la idea de escribir poemas?
-La poesía nace de la necesidad. Vivo de la palabra, desde hace muchos años, casi desde que era un niño, de forma parasitaria. Me alimento de ella y crezco gracias a ella. Es una forma de fijar fuera del campo de lo inefable aquellos sentimientos que de otra manera quedarían reprimidos y relegados al campo de lo no dicho.
– ¿En qué te inspiras?
-Siempre me inspiro en la vida, en las personas de mi entorno, en sus historias y en la mía propia. De alguna manera he llegado a ser escritor porque siempre me ha fascinado ser receptor de sus relatos, de sus cuitas y sus sentimientos. Del mismo modo, me he alimentado de lecturas, y los clásicos literarios están ahí, como modelo inalterable. Todo ello me ha ayudado a ir elaborando mi propio lenguaje y mi universo literario.
-¿Cuál es el mejor lugar para escribir?
-Cualquier lugar es un buen lugar para escribir si sientes esa punzada que te empuja sobre el folio en blanco o el teclado del ordenador. La poesía, por su inmediatez, tiene mucho de arrojo. En no pocas ocasiones he escrito una pieza en el primer papel que he encontrado. En un bar, en el tren, en un parque. Es una rutina muy diferente a cuando estás construyendo un texto narrativo. Para mis libros de relatos, mis novelas o los artículos científicos me marco una disciplina diaria. Por lo que suelo trabajar en mi despacho. Cualquier lugar es bueno mientras se tengan ganas de escribir.
-¿Qué pretendes trasladar al lector con este libro?
-En este libro reflexiono sobre lo que llamo monogamias sucesivas. Considero que nuestra generación influenciada, quizás, por la sociedad de consumo, ha modificado su forma de relacionarse con el otro. A una pareja ya no se le aguanta todo, como antes, sino que uno va pasando por distintas relaciones que lo van haciendo crecer como persona. Al fin y al cabo el germen del deseo es siempre la falta y ésta va evolucionando a lo largo de nuestra vida. No sentimos las mismas necesidades a los 15 que a los 40, ni a los 40 que a los 65.
-¿Alguna anécdota que hayas vivido durante la creación del libro?
-Escribí este libro en Lugo. Durante unos meses que estuve viviendo allí. De aquella ciudad recuerdo sobre todo su cielo encapotado, su luz pálida, como la de un amanecer nuclear. Es una ciudad preciosa, a pesar de todo, con una gastronomía exquisita y una muralla romana impresionante. Y fue una experiencia interesante estar alejado de toda mi gente. Quizás por eso, aunque me fui a Galicia a escribir una novela, acabé escribiendo este poemario. Porque sentía la necesidad de darle cuerpo y lugar a mi soledad.